Dunya Mikhail, Irak
Por:
Dunya Mikhail
Traductor:
León Blanco
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 91-92. Junio de 2012.
Yo tenía prisa
Ayer perdí un país.
Yo estaba de prisa,
y no advertí cuando se me cayó
como la rama rota de un árbol olvidadizo.
Por favor, si alguien pasa
y tropieza con él,
tal vez en una maleta
abierta al cielo,
o grabado en una roca
como una herida abierta,
o envuelto
en las mantas de los emigrantes,
o cancelado
como un perdido tiquete de lotería,
u olvidado en vano
en el Purgatorio,
o avanzando a prisa sin objetivo
como las preguntas de los niños,
o elevándose con el humo de la guerra,
o rodando en un casco sobre la arena,
o robado en la tinaja de Ali Babá,
o disfrazado con uniforme de policía
que agitó a los prisioneros
y huyó,
o en cuclillas en la mente de una mujer
que trata de sonreír,
o esparcido
como los sueños
de nuevos inmigrantes en América.
Si alguien se lo encuentra
Devuélvamelo, por favor.
Es mi país...
Yo estaba de prisa
Cuando lo perdí ayer.
Agencia de viajes
Una pila de viajeros está sobre la mesa.
Mañana sus aviones despegarán
y salpicarán el cielo de plata
y descenderán como el anochecer sobre las ciudades.
El señor George dice que su amada
ya no le sonríe.
Él quiere viajar directamente a Roma
Para cavar allí una tumba como su sonrisa.
“Pero no todos los caminos conducen a Roma”, le recuerdo,
y le entrego un solo tiquete.
Él quiere un puesto con ventana
para asegurarse que el cielo
es el mismo
en todas partes.
La joya
Ya no se extiende a través del río.
No está en la ciudad,
ni en el mapa.
El puente que fue...
El puente que fuimos...
El puente Pontoon
que cruzábamos cada día...
Desplomado por la guerra, en el río
Igual que la joya azul
que aquella señora dejó caer
por el costado del Titanic.
Pronombres
Él juega a ser un tren.
Ella juega a ser un silbato.
Ellos se alejan.
Él juega a ser una cuerda.
Ella juega a ser un árbol.
Ellos se columpian.
Él juega a ser un sueño.
Ella juega a ser una pluma.
Ellos vuelan.
Él juega a ser un general.
Ella juega a ser un ejército.
Ellos declaran la guerra.
Saco de huesos
¡Qué buena suerte!
Ella ha encontrado los huesos de él.
La calavera está también en el saco
El saco en su mano
como todos los otros sacos
en todas las otras manos temblorosas.
Los huesos de él, como miles de huesos,
en la fosa común,
Su calavera, no como cualquier otra.
Dos ojos o agujeros
con los cuales él vio mucho,
dos oídos
con los cuales él escuchó la música
que contó su propia historia,
una nariz
que nunca conoció el aire puro,
una boca, abierta como un abismo,
no era como cuando él la besó
allí, silenciosamente,
no en este lugar
ruidoso con calaveras y huesos y polvo
exhumados con preguntas:
¿Qué significa morir toda esta muerte
en un lugar donde la oscuridad ejecuta todo este silencio?
¿Qué significa encontrar a tu amado ahora
Con todos estos lugares huecos?
¿Devolver a tu madre
con motivo de la muerte
un puñado de huesos
que ella te había dado
con motivo del nacimiento?
Partir sin muerte o certificado de nacimiento
porque el dictador no da recibos
cuando se lleva tu vida.
El dictador tiene una calavera también,
una enorme.
Que resolvió por sí misma un problema matemático
que multiplicó una muerte por millones
y el resultado fue la nación.
El dictador es el director de una gran tragedia.
él tiene una audiencia, también,
una audiencia que aplaude
—hasta que los huesos empiezan a sonar—
los huesos en los sacos,
el saco lleno finalmente en la mano de ella,
a diferencia de su vecina decepcionada
que no ha encontrado aún lo suyo.
La sombra de una lágrima
En el tiempo de veloces saludos
y luces artificiales,
la sombra de una lágrima
cae sobre el cielo.
Ni las precipitadas ruedas
ni el camino
ni el borrador
pueden detenerla.
Sobre las granjas
Vuelan sin cuidado los pájaros.
Uno se rezaga,
Pero no te preocupes.
Alcanzará la bandada en poco tiempo;
sólo está distraído
por la sombra de una lágrima
quebrada sobre las ramas.
Nuevos poemas de Dunya Mikhail 2022
Dunya Mikhail nació en Bagdad en 1965. Poeta y traductora. Ha publicado cinco libros de poesía en árabe y dos en inglés. Los títulos en árabe incluyen The Psalms of Absence y Almost Music. Su primer libro en inglés, The War Works Hard ganó el Premio de Traducción del PEN (En traducción de Elizabeth Winslow). Uno de sus libros, Diary of A Wave Outside the Sea, ganó el Premio al Libro Árabe Americano. En 2001, recibió el Premio de los Derechos Humanos de la ONU a la Libertad de Escritura.
“Su poesía, tan pura y bella, es la mejor de su generación” comenta el poeta Iraquí Fadhil Al-Azzawi. Y para Saadi Simawe, “Ella ha renovado de forma impresionante el género del poema de guerra en la poesía árabe moderna, por introducir audazmente nuevas técnicas con una nueva visión”.
“El gesto que hace la poesía en el mundo es similar a la huella de la mariposa, delicado pero poderoso. ¿Este gesto podrá erguirse frente a las catástrofes? No estoy segura, pero el movimiento de una ola puede causar un impacto en la próxima ola dando a todo el mar aquella nueva experiencia pura bajo el sol. El espíritu humano está alienado por la violencia continua en el mundo. Nos sentimos solos, pero también juntos en nuestra alienación, y la inmensa luz que irradia la poesía es una señal hacia una comunicación no reivindicada. En el plano personal, la poesía me salvó la vida, no en el sentido metafórico, realmente lo hizo. Está escrito en el pasaporte iraquí que mi profesión es “poeta”. Eso me ayudó a salir de mi país cuando el tiempo era crítico y el papeleo era difícil. Por la poesía, nunca me sentí exilada. La poesía ha sido siempre mi país, y cuando leo a otros poetas siento que los conozco como si fueran mis vecinos...”