Lidija Dimkovska, Macedonia-Eslovenia
Por:
Lidija Dimkovska
Traductor:
H. G. Leogena, a partir de la traducción inglesa de Ljubica Arsovska y Margaret Reid
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 94-95. Julio de 2013.
Buscadores de asilo
El más grande centro de buscadores de asilo está bajo tierra.
Son los suicidas, los emigrantes al otro mundo,
inaceptados, reprimidos y torturados en este.
El centro de buscadores de asilo subterráneo ofrece libertad de movimiento
desde la periferia hacia el centro y viceversa,
tres comidas al día y un permiso diario para dar una caminada.
Los buscadores de asilo tienen una etiqueta de tamaño estándar en sus pulseras.
Pero mira, los muertos normales inician una huelga de hambre
contra el exceso de suicidios que les rodean.
Ellos no quieren a los buscadores de asilo cerca de sus pulcras casas,
no quieren sogas en todas partes, frascos vacíos de pastillas,
huesos rotos de caerse y vientres hinchados por ahogamiento.
En lugar de espantapájaros ellos siembran cruces en sus verdes jardines
para aquellos que murieron contra la voluntad de Dios. Los buscadores de asilo
están confundidos y enojados, con un pie arrastrando todo el tiempo.
Algunos han olvidado dejar un mensaje, otros besar a su hija,
algunos han dejado un traje en la lavandería, otros no han hecho sus testamentos,
algunos no han cancelado sus viajes, otros no hicieron una cita con la muerte.
Y ahora están aquí. Con intérpretes en el pasillo
y carpetas en las manos, esperan ser vistos por el oficial del asilo.
Nacionalidad, sexo, religión. Muchos tienen padres,
pero no patria. Algunos son alérgicos a la tierra arada,
y sin poder besar su suelo, tuvieron que partir bajo tierra.
Algunos fueron fugitivos toda la vida de ellos mismos,
sin nadie que pagara las pastillas para dejar de envejecer.
Algunos han malgastado su desgracia también, no sólo su buena fortuna.
Otros no han hecho el amor con el amor de su vida por años.
Algunos han sido asesinados por sus cercanos y más querido no con
un cuchillo, sino con aguja o fórceps.
Entre ellos hay personas que están vivas sólo después de su muerte.
El centro para buscadores de asilo está lleno, cercado con alambre de púas en el mundo de los muertos corrientes.
Llegué ayer. Obtuve dos entradas.
Durante el día, estaré en el centro de los buscadores de asilo,
y por la noche en la casa de los muertos comunes.
No sé de cuál de los dos no voy a volver.
Las paredes
Las paredes duelen desde los tapices gobelinos de mi madre.
La niña de pequeño sombrero, la Mujer Pirata, Dirty Jean,
e incluso más desde las fotografías colgadas junto a ellas,
la de la boda de mi hermana, la de la recepción donde el Presidente.
Hoy han colgado mi diploma de un clavo
y se abrirá campo para algunas Medallas de Trabajo, también.
Mañana deberemos pegar el calendario ortodoxo
junto a aquel que supuestamente cuenta un tiempo diferente.
Quienes sea que vengan dejan señales de sí mismos,
fijan pequeños cuadros y ganchos de plástico,
y cuelgan sus sombras alrededor del reloj de pared
en clavos recién martillados.
Tuve que sostener las paredes con mi vida hasta el amanecer
cuando los albañiles vinieron a reconstruirlas de nuevo.
Las paredes se durmieron, yo ya había muerto.
No las despiertes con martillos, ruego no las despierten,
déjenlas desnudas, y yo a solas con ellas, y yo a solas con ellas.
La poética de la vida
Ya no hablo en lenguas humanas.
Soy tan libre como un mensaje de fax. Legible-ilegible,
llega adonde debería. Voy a llegar a tiempo
para hundir mis rodillas en la marca de casta de la estufa
y Krishna empezará a oler a una pizza tipo ‘Quatro stagione’.
¿Cuánto tiempo puede el murciélago en mí permanecer
invisible ante los invitados, ahora que él también puede ver durante el día
(Después de la operación en la Clínica Oftalmológica Fyodorov en Moscú),
sin que mi tía mezcle rábanos con carne,
frita en grasa humana? Esa es mi dieta favorita.
Saúl me dijo: no terminarás en un horno, pero tampoco vas a terminar en el catálogo de la Biblioteca Nacional.
¡Hay que ganar para vivir!
¿Sí? Así que muchas tareas, Dios, no hay tiempo ni para suicidarse.
El diario rebosa de acontecimientos, todo está bajo control,
sólo los controladores no se ven en ninguna parte: durante todo el día deambulan en el supermercado donde organizo los frascos de
agua bendita.
Ellos la compran al por mayor y la revenden por libertad metafísica.
Mi tiempo no está todavía en ninguna parte para ser visto. Verano e invierno
De pie al lado de la carretera, lo espero. Pero todavía no llega.
Tampoco manda noticia, ni vuelve.
Los trabajadores migrantes, incluso cuando no estaban regresando, enviaban al menos una bolsa de dinero. ¡Mira estas venas varices!
Y la piel es como cáscara de naranja,
que ni siquiera el gel más caro para la celulitis suavizaría!
¿Es así como se paga el exilio llamado poesía?
Ojeras
sin ojos, Mademoiselle Pogany en los brazos de Walt Disney,
París que no es París cuando no pienso en él. Voy a pasar todo el día de mañana
arrodillada ante el Diccionario de Religiones y pidiendo
que la esposa del sacerdote que me casará muera.
Si llego a ver la vejez,
Que pueda al menos lograr que Pablo, que enredó no sólo los hilos
de los corintios, sino de los extraterrestres también, me vuelva a casar.
¡Sin duda, mi momento llegará también!
Altos oficiales del estado lo han dicho en sus declaraciones. Me quité las gafas
para estar sola. ¿Cómo se reirán a carcajadas una vez me entiendan?
¡Cuán querida me volveré para ellos! Al igual que el premio mayor de la lotería,
como el reconocimiento al nombre de mi país,
como un mundo sin fronteras mi cruz será para ellos.
Es sólo que no sé si creo en ustedes, bebés,
que todo lo que están haciendo es jugar,
¡que no van a devorar mi dedo mágico!
Lidija Dimkovska Nació en Skopje, Macedonia, en 1971. Es poeta, novelista, ensayista, editora y traductora. Estudió Literatura Comparada en la Universidad de Skopje y obtuvo un Ph.D. en literatura rumana en la Universidad de Bucarest. Libros de poesía: The Offspring of the East, 1992; The Fire of Letters, 1994; Bitten Nails, 1998; Nobel vs. Nobel, 2001; Meta-Hanging on Meta-Linden, 2001; Premio literario en el Festival Internacional de Poesía “Poesis”; Satu Mare, Rumania; Do Not Awaken Them with Hammers, 2006; Ideal Weight, 2008; pH Neutral for Life and Death, 2009; Decent Girl, 2012; y Difference, 2012. Publicó su primera novela, Hidden Camera, en 2004, traducida a varias lenguas. Sus poemas han sido traducidos y publicados en más de 20 idiomas en todo el mundo. En 2009 recibió el premio literario europeo para la poesía Hubert Burda y en 2012 el Premio Internacional de Poesía Tudor Arghezi en Rumania.
Publicado en agosto de 2013