Leidy Vásquez, Colombia
Por: Leidy Vásquez
De Pájaros ausentes. Poemas inéditos, 2018
Las horas de la espera
Un día llegará la tristeza y se instalará en esta casa; se irá tomando uno a uno los rincones y no seremos más que el humo del recuerdo. Lloverán por las paredes nuestros nombres y la tierra invadirá los huecos en los que antes solíamos enterrar horas. No quedará memoria sobre los hombres de arena que antes habitaron esta casa. El olvido se convertirá en una legión de voces afligidas atravesando el desierto de los nombres. Un día llegarán los intrusos que querrán edificar su casa. Desoirán el silencio de los fantasmas, huirán a su olor, y nosotros, como moscas que merodean sobre los platos, volveremos a entonar un canto leve en los oídos del tiempo, ese gigante sordo y abatido.
La casa tiene un alma que la habita irremediablemente. Está hecha de ecos y silencio. Cada casa es una boca abierta. El abandono prematuro de las sábanas contará la historia de la muchacha perdía en el intento de lo eterno. Los pisos húmedos susurrarán lo que callaron los zapatos apresurados de quienes huyeron en la mitad de la noche. La ducha a medio abrir, el café frío que yace sobre la mesa en la espera constante de una voz; el tiempo colgará como araña en los tejados y escupirá de vez en cuando algún secreto. Después de todo, somos esa casa deshabitada conversando con las moscas y el silencio, solo ellas dirán que alguna vez hubo un niño, una anciana, una mujer sentada en las esquinas del día, tejiendo su vida, puntada a puntada, en el rincón del sueño.
Los pájaros del tiempo picotean la noche. Rasgan las ventanas de la casa. Llueve sobre las latas rotas del corazón, mientras la mujer recoge en trenza sus cabellos. Después del amor, la habitación es una piedra inerte y ella regresa a su vida de jaula. El amante, tendido sobre la cama, después de cada mujer y como cada noche, deshoja nuevamente el árbol del vacío que crece con la maleza sobre su cuerpo en ruinas.
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 94-95. Julio de 2013.
NADIE I Me olvidaron en este pedazo de madera
que me arrastra por el agua
como un ángel las pulgas de sus alas.
Voy sin más riqueza que la tierra entre las uñas,
con la sangre seca de mi falda,
mis gritos desatando la codicia
de un viento que todo se lo traga.
Nadie me dijo que la vida sería una canción
donde la chinita del bosque nunca regresa.
Despojo de mi voz, nadie me mira,
Entonces me vuelvo un tronco consumido,
habitado por gusanos que no se hartan.
Desnuda sobre la arena, mudo mi piel,
pero el agua ya no lame mi constelación de piedra,
ni se apiada de mis heridas la sal enmohecida de las
rocas.
Nadie me mira, hicieron un pantano con mi rostro
y los cerdos se alimentan con la arena de mi lengua.
Me repudia el fango en que me hundo,
una espina de la hierba en el cuerpo de los límites,
a risa de los pozos con su boca llena de moscas.
Soy el resto de un gorrión dormido,
una canción de cuna que olvidaron las nanas.
La memoria es una barca destrozada;
en ella las palabras sumergidas
ya no me nombran.
EL MAESTRO I Viertes la noche en tu botella.
Después de sembrar dientes,
cosechas un animal terrible que se muerde tu mano.
Hombres desnudos de sí mismos sembraron sus ojos
Y crecieron tallos como soga de ahorcado.
Ebria, desconoces
adónde te llevaran los barcos
que un día encallaron en tu boca.
Lavas en las noches los poemas,
quedan cuerpos abiertos de mujeres.
Vas con la pequeña lámpara a tientas.
Escuchas la tarea de los insectos mientras duerme la
hoja.
Te rompen la carne esas imágenes que hablan desde
los árboles
donde los búhos sembraron la discordia.
Gritan tu nombre desde el centro del lago sin fondo,
Es la niña que olvidaste como a un animal enfermo.
La hormiga traza su círculo de sal;
ella es bruja y te protege de los lazos,
del calor de las bombillas,
de los ojos del lobo blanco que te sigue de cerca.
Sepultar las palabras es tu oficio.
Nunca fuiste buena sembrando flores,
siempre te nacieron huesos.
EL MAESTRO III ¿Han enloquecido, acaso, quienes se queman
en las calientes aguas de la poesía?
¿de dónde el desvarío y la amargura?
¿adónde irán las teorías y la palabra
en su afán inmutable de salvarnos del óxido?
¡Dejen de invocar las páginas que no leerán,
porque su oficio es el de juntar guijarros en la
lengua!
Ustedes escogen todos los caminos de la arena y el
pantano,
olvidan las cenizas de su fuego en la puerta de la
noche,
se roban una luna y la obligan a encajar en la
ventana del renglón.
Siempre sus piedras son insuficientes,
nunca logran descifrar el vacío en la punta de la
lengua,
en la palabra dormida.
LA CIEGA III Nosotras
Perseguimos la imagen,
Pero ella va siempre sorda en su cometa roja.
Yo, el pájaro con amnesia, le aviento rocas
Calladas y desechas como la sucia mesa donde
escribo.
Nosotras, serpientes ciegas, las dueñas del polvo,
No podemos más que amontonar palabras
En todas las orillas de las pieles.
Leidy Yaneth Vásquez Ramírez nació en Medellín, Colombia, el 15 de noviembre de 1981. Es Candidata a Doctora en Ciencias de la Educación de la Universidad de San Buenaventura Medellín; Magister en Educación y Especialista en Literatura de la Universidad Pontificia Bolivariana; Licenciada en Educación con énfasis en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad de Antioquia. Poemas suyos han sido publicados en diferentes revistas, han hecho parte de dos exposiciones itinerantes apoyadas por la Secretaría de las Mujeres de la ciudad de Medellín: Mujeres de la tierra florida (Medellín-Colombia, 2011) y Sostén poemas: versos de leche (Medellín- Colombia, 2016) y de las antologías: Ganadoras Gran Premio Ediciones Embalaje Encuentro de Poetas Colombianas (Uniediciones, 2018) y Luz sin estribos 35 poetas colombianos/35 poetas cubanos nacidos a partir de 1980 (Nuevas voces editores, 2019).
Obtuvo mención en el II Premio Nacional de Poesía Joven Isaías Gamboa (Cali, 2005). En el año 2007, obtuvo el Gran Premio con Edición de Ediciones Embalaje (Museo Rayo, Valle del Cauca- Colombia), por su libro Las horas de la espera (publicado por Ediciones Embalaje, 2008). En el año 2008 se le concedió el Primer Galardón al Mérito Literario C4 por parte de la Secretaría de la Mujer (Medellín-Colombia), destacando su obra poética. En 2013 fue finalista del II Premio de Poesía Joven Ciudad de Medellín y su Área Metropolitana (Corporación Prometeo) por su libro Las grietas del día (publicado por Pulso & Letra Editores, 2016) y es invitada especial al Festival Internacional de Poesía de Medellín de este mismo año. Actualmente es docente de cátedra de la Universidad de Antioquia, Co-coordinadora del CLEO (Centro de Lecturas, Escrituras y Oralidades de la U de A) y Coordinadora del Plan de Lectura y Bibliotecas Escolares de la Secretaría de Educación de Medellín.
-Poemas web del FIPM
-Poemas en el Festival Internacional de Poesía de Lima
-Poemas de Leidy Vásquez en Círculo de Poesía
Publicado en agosto de 2013