Markus Hediger, Suiza
Por:
Markus Hediger
Traductor:
Rodolfo Häsler
de No voltear la piedra (1981-1995)
XIII
El canto del reloj de pared
se mezcla con el canto de las agujas.
Mina, tejiendo,
está sentada junto a la ventana,
en su mirada las estaciones.
XXII
Toda vestida de negro, un paraguas de hombre usado como sombrilla, la señorita Lydia L., decana del pueblo, pasa lentamente, el mentón sobre el pecho, atenta diríase al crepitar de la grava gris, acaba de pasar por la calle de las Tórtolas.
XLI
Rechazado por mucho tiempo,
soy admitido, de repente,
blanco en la luz.
Es al borde del Garona,
una tarde bajo viejos plátanos.
***
Mezclados oro y sombra.
Un solo cuerpo. El crepúsculo
somos nosotros, amor mío.
O dos cisnes frente a frente
que son azules por ausencia.
L
Esta tarde, bajo la luz blanda de marzo, paseando por la ciudad que me vio ver la noche, pensé
en aquellos de quienes no tengo noticias,
en aquellos amigos que viven en el rocío de los vientos, esta tierra suelta con la que forman uno con su sombra.
LIII
14 VIII 94, para Alice Rivaz
Alice regresó
de su viaje de maravillas.
Su mano, tan pequeña,
inmóvil y transparente,
liberó las nubes,
lanzó el pan
sobre el agua. –Mis libros, dice,
oh! casi ni me
acuerdo… Alice, rodeada
de compañeras centenarias
o casi, el día
de su noventa y tres cumpleaños,
ante el espejo
espera, sonriente espera,
ya enguantada de invisible.
de Más allá de la luz (1996-2007)
IV
Sentado en mi sofá
azul. Delante de mí la pequeña mesa
y los sillones de mimbre
de mi madre. En la pared que me hace de espejo
un dibujo, un óleo y dos collages
del Amigo del otro mundo.
Mi lugar de trabajo repleto de libros,
allá, para mis días contados,
tendrá el armario y el escritorio
de madera rojiza de Rosa, mi tía
bisabuela. Y en mi habitación
la mesa de coser que… Bueno, basta,
hagamos un café. Me levanto.
Respiro, y mi corazón bate. Estoy
en los muebles de mis muertos. Vivo.
XXII
Parado en el sofá,
en la salita de su abuela,
frente al péndulo de madera
que dice, que dice su oración,
la de los días y los días y de esta tarde.
Alto, es un poco más alto
que la abuela. Ella dijo: –Tus brazos, levanta
tus brazos… después tiró de las mangas
de su jersey. Ella dijo: –A las ocho,
los niños ya están en la cama.
–No soy pequeño, eres tú la pequeña,
¿por qué eres tan pequeña…? Una sonrisa
brota en sus labios que son finos.
–Es que yo crezco hacia la tierra…
La tierra, en ella metemos a los muertos, abuela
está enferma y va a morir,
él no quiere que venga la muerte
a buscarla, él no quiere,
no y no, ni la caja del péndulo
que reza y reza a golpe de glotis.
Bajo continuo escrito para su participación en el 24º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Markus Hediger nació en Suiza en 1959. Es poeta, ensayista y traductor. Estudió Literatura Francesa e Italiana y Crítica Literaria. Escribe poesía en francés. Ha traducido al alemán libros en francés, principalmente novelas, cuentos y poesía. Publicó su primer libro de poesía en 1996, al que llamó No den vuelta a la Piedra. Su segundo libro de poemas, titulado De este lado de la luz, salió en 2009 y el tercer libro, una plaquette, Para que alguien se acuerde de ti, en 2013. Por su trabajo como traductor y poeta ha sido premiado en varias ocasiones desde 1979 hasta hoy. El último reconocimiento le fue otorgado por el Cantón de Argovia, en reconocimiento a su nuevo proyecto de libro de poesía. Es miembro de la asociación Autoras y Autores de Suiza. Ha leído su poesía en varios festivales de América Latina.
Publicado el 16.06.2020