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Edoardo Sanguineti, Italia

Clausura del 8º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Edoardo Sanguineti
Traductor: Martha Canfield

Balada de la guerra

para Gian Carlo Binelli

dónde están los vikingos y los aztecas,
y los hombres y las mujeres de Cro-Magnon?
dónde están las viejas Atlántidas y las nuevas,
la Gran Puerta y la Armada Invencible,
la Ley Sálica y los Libros Sibilinos,

Pipino el Breve e Iván el Terrible?
todo se ha acabado, ahí desmenuzado,
en las mandíbulas mórbidas del tiempo:
aquí, lo que no resuelve una guerra,
otra guerra en seguida le pone remedio:

¿dónde están las Triples y las Cuádruples,
la Belle Epoque y los Guardias de Hierro?
dónde están Tom Mix y Tom Pouce,
el Imperio Celeste, los Zeppelin, el New Deal,
el Orient Express, el electroshock, el situacionismo,
el twist, la O.E.A., el peinado a la Humberto de Saboya?
todo se ha acabado, ahí desmenuzado,
en la barriga llena de la historia:
aquí, si algo no lo concluye una guerra,
otra guerra le pone en seguida remedio:

oh, ¿dónde estáis, guerras de cerdos y de rosas,
guerras de secesión y sucesión?
oh, ¿dónde estáis, guerras santas y frías,
guerras de treinta, guerras de cien años,
de seis días y de siete semanas,
vosotras, grandes guerras relámpago sin fin?
terminadas estáis, desmenuzadas,
dentro de la nada de nada de todas las nadas:
aquí, si a una guerra no la arregla una paz
otra paz tiene pronta la guerra:

príncipes, presidentes, eminentes militar-exentos potentes,
erigidores exigidores de monumentos indecentes,
guerra a las guerras es la guerra para ir,
lucha de clase es la guerra para hacer:

 

Minitarjetas

1.

el bigotudo amable, el desconocido de buenas intenciones, no entendiendo
pero insistiendo,
me despistó al andén número 4 (horriblemente inerte en ese instante),
mientras una Marta con hache (una Marthica exclusiva, según el nombre,
por estos lares) a mí prevenido me había precedido, a mí listo ya en el 22,
atrasado y confundido,
ella abanicando un libro, palpebrando la mirada airosa, con sus lentes de contacto:

ahora,
demacrada en torcidos bostezos, anteojuda en una Oma tumultuosa, colapsada, me renuncia,
incluso, desolada, del Casillero del Diablo: (y la comprendo, inseguros como estamos,
entre bodegas y cajones):
el demonio, él solo, es indubitable:

junio 1995

4.

que la semana era toda divina (para procurarse el amor, justamente),
me lo aseguró, de buenas a primeras, ya el 4, insinuándose por debajo de la puerta,
en el acerbo esplendor de la aurora, el Tarot inconfutable de cierto Frank
(cierto Frank Solano bogotano), diciéndome, en síntesis, que me dejara de pensar
en el pasado, pues soy superdotado (embarazoso, pero cierto) de un "signo
futurista
": (que me arrastra hasta el cielo, en verdad, y quién sabe qué diablos
más me hace,
con mi flecha que se dispara y, de ese modo, con ninguno (ninguna) que se resista
una tentación "hacia usted"
, que soy mi, no sé, que soy yo, que soy aquí, que soy allá): el 6,
me encuentro el mentís de cierto Chabeli: me avisa, resumiendo, que en
el orden del día, para mí
habrá limitaciones, de modo que tenderé a desesperarme, y que entonces tengo que tomarme
las cosas con calma
, y que si bien carezco de tacto, debo utilizarlo del mejor modo posible
el poco que tengo, si quiero obtener algo de los frutos de mis esfuerzos, y
conseguir la realización de mis nuevas metas:
                               y ya no me acordaba más que el 5, el mismo profesor
me había precavido, incluso, que bueno, que necesito afecto (para que no se
me pierda el equilibrio
, por lo menos),
pero que debo cuidarme de enredarme en una relación
amorosa cualquiera (que me traería, si no, únicamente y de mal modo,
dudas, desconfianza y tormento): (en vez de darme las satisfacciones): 7 renuncié
a los horóscopos: (tomándome la vida como viene, y a mí, como viene, me conviene):

Junio 1995

 

20

los dos cadáveres enterrados en la vitrina ( si corres y saltas
así acabarás cayendo en una tumba: es mejor que me des la mano)
son absolutamente prehistóricos: (si quieres te leo dónde
han sido descubiertos): son propiedad
de la Bundesrepublik, lo supongo desde el momento que están aquí,
en el ala derecha del Museum für Vor-und Frühges- chichte
(en el ala izquierda del castillo de Charlottenburg):
pero es muy improbable, Michel, que también por nos- otros
se mantenga un día tanto interés: nosotros no seremos jamás
enterrados entre los colmillos de los mamuts: jamás tendré
sobre el hueco del corazón, aquella piedra que ves, gruesa
como el puño de un niño: (búscame donde estoy en la ruinosa
Totentanz, soy la última figura del fondo, escondido, para siempre,
bajo el revoque blanco).

 

Etotopaegnia


en ti dormía como un fibroma seco, como una tenia flaca, un sueño;
ya pisa la grava, ya sacude su propia sombra; ahora chilla,
deglute, orina, después  de esperar desde siempre el sabor
de la manzanilla, la temperatura de la liebre, el ruido del granizo,
la forma del techo, el  color de la paja:                        
sin remedio el tiempo
se ha dirigido hacia sus días; la tierra ofrece imágenes confusas;
sabrá reconocer a la cabra, al campesino, al cañón?
no se las esperaba de verdad estas tijeras, ni esta pera,
cuando temblaba en el montón de tus membranas opacas.

                  De Opus metricum (1960)

 

62

la poesía es practicable, todavía, probablemente: yo la practico, como ves,
en todo caso, prácticamente así:
                    con esta poesía tan diaria (y hasta de diario,
la verdad): y esta poesía tan periódica (y tan periodística, también,
si quieres) es más clara, en fin, que ese artículo de Fortini que habla de la claridad 
en los artículos de los periódicos, no sé si has visto el "Corriere" del 11, lunes, 
y que tiene como título, justamente, "por qué es difícil escribir con claridad" (y que dice incluso, ay, que la claridad es como la virginidad y la juventud): (y que
hay que perderlas, parece, para encontrarlas): (y yo digo, mira, que es mucho mejor perderlas que encontrarlas, en el fondo):
                        porque yo sueño con hundirme de cabeza,
ya, dentro de un absoluto anonimato (hoy, que he perdido todo, o casi): y esto 
significa, creo, en el fondo, que yo sueño completamente con morir,
esta vez, lo sabes):
            hoy mi estilo es no tener estilo:

 

*
somos todos políticos (y animales): 
establecido esto, puedo decirte que
odio a los políticos odiosos: (y no quiero pesarte ni aun con un parco esbozo de catálogo ejemplificativo y razonado): (puedes elegir tú mismo los apellidos y los nombres, y disparar al montón): (y elegirte los porqués, caso por caso):
            pero, para simplificar,
 te agrego que, si es verdad que, para mí (como digo y repito) es política todo
en este mundo, no lo es todo, en cambio, la política: (y esto define para mí, 
justo para mí, a los políticos odiosos, y el mío porqué):
    aprecio, entonces, esa grande política
que está viva en los gestos de la vida cotidiana, en las palabras cotidianas (como chau,
pan, coño, muchas gracias): (como las que te encuentras grabadas en los servicios,
rociadas por las paredes, entre un eslogan y otro, abajo, viva): (y luego, 
ya sé que no se dice, pero, al final, me resultan tan odiosos los hombres 
como los animales):

Balada de las mujeres y otros poemas Prometeo # 51-52


Edoardo Sanguineti nació en Génova, Italia, el 9 de diciembre de 1930 - murió en esa misma ciudad, en mayo de 2010. Poeta, novelista y ensayista, se graduó en Letras en la Universidad de Turín, donde enseñó Literatura Italiana; después lo hizo en Salerno y Génova. Es considerado unos de los grandes poetas italianos de la segunda mitad del S XX. Obra poética: Laborintus, 1956; Opus metricum, 1960; Interpretazione di Malebolge (1961), Tre studi danteschi (1961), Tra liberty e crupuscolarismo (1961), Alberto Moravia (1962), K. e altre cosa (1962), Passaggio (1963), Capriccio italiano (1963), Triperuno, 1964; Ideologia e linguaggio (1965), Guido Gozzano (1966), Il realismo di Dante (1966), Il Giocco dell´Occa (1967), Teatro (1969), Il Giocco di Satyricon (1970), Storie Naturali (1971), Wirrwarr, 1972; Catamerone, 1974; Postkarten, 1978; Stracciafoglio, 1980; Scartabello, 1981; Cataletto (1981) Segnalibro-Poesie, 1982; Il Sonetto (1957), Novissimum Testamentum, 1986; Bisbidis, 1987; Senzatitolo, 1992; y Corollario, 1997, entre otros. Ocupó un lugar destacado en la generación de escritores italianos del llamado Grupo 63, movimiento neovanguardista, belicoso y polémico en el que también participaron Umberto Eco, Giorgio Manganelli y Nanni Ballestrini, entre otros. Escribió obras para el teatro y traducido a algunos clásicos (Esquilo, Sófocles, Eurípides y Séneca). 

Última actualización: 19/01/2022