Gustavo Garcés (Colombia)
Por: Gustavo Garcés
EL PODER
Qué lograrás
con ascender
hasta ese cielo que sangra
MALA ESPINA
Por decir la rosa
sangro y fracaso
con esmero
LIBRO DE GRABADOS
Me detengo en la página
de la rana
y creo sentir
su sangre fría
EL ÁNGEL MALO
El primer verso tiene carta blanca
el segundo un hambre devoradora
el tercero es un animal enorme
el último verso excede nuestras fuerzas
LAS PALABRAS
¡Ah! las palabras
que se las dan de exactas
las que se sienten
de mejor familia que el silencio
EL POEMA
Las palabras
se pasean como hormigas
por el cuerpo de la noche
doy fe del comezón
EL POEMA
Palabras que vacilan
en el paladar
dudas
en el cielo de la boca
MIS AMIGOS
Tuve un insomnio feliz
pasé la noche en vela
pensando en mis amigos
increíble tanta risa
en la memoria
INFANCIA
La infancia
regresa en silencio
siento que me aprietan
las manos de mi padre
ESTRELLAS INVISIBLES
Hay noches
en que uno descubre
la escalera
la puerta
y la cerradura
pero la habitación
sigue siendo secreta
DIFICULTADES DE LA POESÍA
La idea era
beber un poco
ponernos alegres
pero nos emborrachamos
en exceso
y lo que hicimos
fue tener una opinión
demasiado buena
de nosotros mismos
FORTALEZA
Para impedirte el paso
tendría que levantar
el puente levadizo
siempre
que la excavación fuera profunda
y circundara la fortaleza
pero qué hacer sin foso
sin puente
sin castillo
DRAGONEAR
Cuáles asuntos
afligen al dragón
por qué su gesto
desapacible
de cuáles actos
se hace responsable
con qué afán se esmera
en ser un monstruo
El taller de la llama. Poesía, pedagogía y derechos humanos
Gustavo Garcés nació en Medellín en 1957. Abogado de la Universidad de Antioquia y Magister en Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana. Ha publicado: Libro de poemas, 1987; Breves Días, Premio Nacional de Poesía Colcultura, 1992; Pequeño reino, 1998 y Espacios en blanco, 2000; Libreta de apuntes, 2006. Al decir de Edgar O’Hara “…Garcés, abogado de profesión, podría ser en su escritura un pico de oro más de los que Latinoamérica produce en cantidad, como el maní dulce. Sin embargo, sigue en poesía la línea de conducta verbal de otro abogado y grandísimo poeta: don Fernando Charry Lara. Enseñanza mayor: alejamiento del palabreo conocido, entrada en el reino de la exactitud. Dentro de esta ética verbal, Charry Lara pertenece a una familia poética distinta: su diálogo es con Gorostiza, Chumacero, Anguita y otros enamorados de la palabra hermosa y sugeridora. Por su parte, Garcés también continúa en la línea de oposición a la verborrea y se nos muestra devoto de lo minucioso. Y tiene otras cercanías: William Carlos Williams y los objetivistas estadounidenses, José Manuel Arango, Pacheco, Creeley, Ungaretti, la poesía japonesa y china…”