English

Espejo del Mito

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 93. Noviembre de 2012.



Poetas colombianos

 

Giovanni Quessep

Poeta y ensayista colombiano nacido en San Onofre, Sucre, en 1939. Libros de poemas: Después del paraíso (1961), El ser no es una fábula (1968), Duración y leyenda (1972), Canto del extranjero (1976), Madrigales de vida y muerte (1978), Muerte de Merlín (1985), Antología poética (1993), y Brasa lunar (2004), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía José Asunción Silva.

 

Tráeme el alba

 

Tráeme el alba del abril soñado,
sus pájaros que inician el asombro
o la violeta blanca del destino
que guarda todavía la llave de oro de sus pétalos.

Quiere abrir el alcázar de la fuente
prometedora de la vida y del canto,
lejos de la ceniza
que cae de las sombras.

Solo en su agua, bajo los almendros,
podré ver el tapiz de la esperanza;
busco una tierra en lo hondo, en su espesura
de lirios y de maravillas mortales:

Quizá el país que todo lo reúne
como espejo, la fábula
donde la constelación es una piedra diminuta
y alguien canta a la muerte como una crisálida.
Quiero tomar a lo que ya no existe
sino en la imagen del hilo sagrado,
tal vez un mito sea, pero mi alma
no se resigna a perder su tesoro.
Tráeme el alma del abril soñado,
sus pájaros que inician el asombro
o la violeta blanca del destino
que guarda todavía la llave de oro de sus pétalos.

 


Raúl Henao


Nació en Cali, en 1944. Reside en Medellín. Ha publicado, entre otros libros de poemas, Combate del Carnaval y la Cuaresma (1973), La Parte del León (1978), El Bebedor Nocturno (1978), El Dado Virgen (1980), Sol Negro (1985), El Partido del Diablo (1989), El Virrey de los Espejos (1996). También publicó el libro de ensayos La doble estrella (2011). Su obra se encuentra parcialmente traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco. Representó a Colombia en las Olimpíadas Culturales de Londres.

Recuerdos

 

Mucho quien ama es obediente.
CHRÉTIEN DE TROYES

ESCUCHABA batir grandes alas a mis espaldas. Una libélula gigantesca me daba vuelta entre sus patas como si fuera un ramillete de flores en el regazo de una novia vestida de blanco.

Me adentraba en una plaza desierta y en el acto se congregaba la multitud alrededor del cadalso donde sería ejecutado poco después según me informaba el verdugo presente, empujándome de improviso sobre el escenario funesto del acontecimiento.

Cuando abría los ojos me encontraba encerrado entre las letras de un poema escrito la víspera (Yo era Merlín engañado por el amor de Viviana). Yo era apenas mi propia música, una canción en boca de un coro de muchachas que danzaban bajo el azul del cielo en la Navidad. Yo era la pluma de Chrétien de Troyes o Sordello.

 


Juan Manuel Roca


Nació en Medellín en 1946. Es poeta, periodista y ensayista. Recibió los premios de poesía Eduardo Cote Lamus, Universidad de Antioquia, Casa de América y José Lezama Lima. Ha publicado, entre otros: Memoria del agua (1973); Luna de ciegos (1975); Los ladrones nocturnos (1977); Señal de cuervos (1979); Fabulario real (1980); Antología poética (1983); País secreto (1987); Ciudadano de la noche (1989); Luna de ciegos -antología- (1990); Pavana con el diablo (1990); Prosa reunida (1993), Lugar de apariciones (2000); Los cinco entierros de Pessoa (2001), Arenga del que sueña (2002), Cartógrafa memoria (2003), Esa maldita costumbre de morir -novela- (2003), Las hipótesis de Nadie (2005), El ángel sitiado y otros poemas (2006), Cantar de lejanía (2005), Testamentos (2008) y Biblia de Pobres (2009).

 

Antioración

 

(Un reclamo por los poetas)

Ni aunque me dotaras con la lengua
Y el tacto del Rey Salomón,
Ni aunque me dictaras un bello Cantar
Que abreve en labios de alguna moabita,
Ni recibiendo en dádiva a la hija del Faraón,
Ni por un caballo negro
Que chapotee en la lluvia
Y piafe bajo un cielo de olivos,
Ni por la dignidad del viento
O de un gran señor en las viñas de Baal,
Ni a cambio de un próspero comercio
De toneles de vino y bosques de olor,
Lograré entender, Señor,
Que en la lengua de John Donne,
En la misma de tu hijo William Blake,
Se sigan ordenando las matanzas.

 


Rafael Patiño


Nació en Medellín el 13 de marzo de 1947. Poeta, pintor, traductor, bioenergético. Ha traducido poesía de numerosos poetas para el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Obra poética: El Tras-ego del Trasgo, o de las nueces astutas del desastre, 1980; Clavecín Erótico, 1983; Libro del Colmo de Luna, 1986; Canto del Extravío, 1990; Le Néant Perplexe, Bilingüe francés-español, 1999; Máscaras de Poesía Negra,
Selección y traducción de poetas negros de África y las Antillas, 2006 y Ópera quinta, 2006.

A la sombra luminosa de los hongos
También yo buscaba el escarnio verbal,
El alfabeto de pieles de las incursiones nocturnas
Colgaba en jirones de mi conciencia,
Soñaba un caldero de oro
Todos los verbos hirviendo.
Era joven y cínico
La noche unía toda licencia en mi ojo
Dije lapso y silencio, vicio y sílice
Produje gritos y escalofríos
Bebí los venenos más variados
Para exorcizarme de mí mismo,
Pero en vano.
Como un animal que anhelara el sueño de un dios
Dejé que el blanco paraguas me devorara ser adentro;
Del sol descendió una membrana viviente
Y entre el hervor verde de la hierba
Empujando la tela de la vida
Un yo monstruoso vociferaba
-El rumor quebradizo del agua
Me ayudó a proscribirlo-.
Sobre la colina, con los brazos extendidos
El ser escindido murmuró espirales
Bebió grandes pulmones de fantasma
Y entre la niebla comprendió
Que la realidad razonable asfixia los sentidos.
Al regreso hallamos llameantes flores;
Habíamos atravesado otro abismo
E inclinando la cabeza
Recibimos la mañana.

 


Fernando Rendón

 

Nació en Medellín en 1951, Colombia. Es poeta, editor y dirige el Festival Internacional de Poesía de Medellín y de la Revista Prometeo. Ha recibido los premios de poesía Rafael Alberti y Mihai Eminescu. Ha publicado los libros de poemas Contrahistoria (1986); Bajo otros soles (1989); Canción en los Campos de Marte (1992); Los motivos del salmón (1998), La cuestión radiante (2006), Canto de la Rama Roja (2010) y En Flotación (2010).

No existe un poema
No existe un poema
No hay una música que te llame a ti
Que te alcance a ti
No hay un canto que haga viajar a tu espíritu
No existe un poema
No hay una música que te nutra a ti
Que te toque a ti
No alcanzaron las canciones para ti
Ninguna canción arcaica te abrazó a ti
Mi amor pobre de canciones de amor
No te correspondió ninguna herencia
Los dioses no te arrojaron llamaradas de flores
No hicieron descender sobre ti todo el rojo oro del universo
El oro de la música legendaria
Todo el embriagador son de las hojas al viento
Configurando el universo de seres que te abrazan
En el entretejido de todos los tiempos

Mi amor sin canciones

 


Rómulo Bustos

 

Nace en Santa Catalina de Alejandría (Bolívar) en 1954. Ha publicado: El oscuro Sello de Dios (1988), Lunación del Amor (1990), En el Traspatio del Cielo (1993), Palabra que Golpea un Color Imaginario (1996), La Estación de la Sed (1998). Recibió el Primer Premio Concurso Nacional de Poesía (1985), por el libro El Oscuro Sello de Dios, y el Premio Nacional de Poesía Colcultura (1993), por el poemario En el Traspatio del Cielo.

Lo eterno
                  Lo eterno siempre está ocurriendo
ante tus ojos
Vivo y opaco como una piedra
Y tú debes pulir esa piedra
hasta hacerla un espejo en que poder mirarte
                  mirándola
Pero entonces el espejo ya será agua y escapará
entre tus dedos Lo eterno siempre está en fuga ante tus ojos

 


Tarsicio Valencia


Nació en San Andrés de Cuerquia, Antioquia, Colombia, en 1955. Autor del libro Juan Rulfo, fotógrafo , y coautor de las investigaciones Retrato de José Lezama Lima y Fernando Vallejo, condición y figura. Ha publicado Los poemarios Herido Árbol; El jardín de la Rosa; Futuro Mar y los ensayos líricos Tratado de los Ángeles y Una estrella junto a la luna.

 

Orfeo


Canta Orfeo en la manzana
Canta el dulce manzanar
Canta la isla sepulcral
Orfeo Eurídice ha quedado atrás
No mires No te vuelvas
Ella es el diálogo desnudo de Hades en la mar
Tu lira descanso ha dado a los condenados
La has perdido para siempre
Sigue cantando dulce manzanar.


Alberto Vélez

 

Nació en Medellín (Antioquia) en 1957. Ha publicado los libros de poemas Para olvidar de memoria (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1982), Habida palabra (Premio Plural de Poesía, México, 1987) y Voces de Baguí (2004).


Uno, adentro, es un Dios: dispensador de vida, de heridas; hacedor de mundos, rey. Afuera todo es gris: la peste se nos come la piel, el hambre nos
devora; somos víctimas: hombres, criaturas de un día, huidizas, temerosas y temibles. Ser Dios siempre, constantemente. Cavar hondo, soportando
grietas, muros derrumbándose; afrontando desnudeces, vergüenzas. Reinar en uno olvidando odios, envidias. El amor de la llama poseyéndonos,
el fuego creándonos, arrojándonos contra nosotros mismos, despojándonos de todo lo accesorio. Puros, sentir la otra presencia. Sonreír y besarnos.

 


Óscar González


Nació en Medellín, el 20 de abril de 1957. Poeta, ensayista, crítico de arte y literatura, conferenciante. Es miembro de la Redacción de la Revista Punto Seguido. Ha publicado: La Ciudad Soñada -antología de textos sobre ciudad- , 1999; Pincel de Hierba -a la manera del haikú-, 2000; La Trompeta de Mercurio -sobre el libro y la lectura, 2001 y En causa propia, Ernesto Volkening –compilación-, 2004. Creó y coordinó los programas de radio La Mecánica Celeste y La Trompeta de Mercurio, en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia.

 

Elegía Nro. 7


En la noche
¿De qué noche hablo? ¿Cuál es la noche que me nombra?
No lo sé
Avanzamos entre los bosques de hielo
Llevamos oculto tu nombre entre nosotros
Los que aún vemos que la noche tiene una nombre que no es el nuestro
Palacio de las Verdades que es poseído por la voz que viene de la Montaña
Palacio y Montaña sin mí
Nuestro acantilado en el que yace el cuerpo desnudo
Mirado por la máscara que libera su incendio
Arrasando entonces con la palabra que te nombraría
Tras quitar el velo viene de nuevo tu rostro hacia mí
El rostro de Isis
Pero ya nada tienes para decirte
Corres hacia el mediodía quebrando las ramas del Árbol del Paraíso
que precipitas sobre nosotros para indicarnos con la leve mano de lo invisible
que
Nunca volverás a verte ni a verla
Ni sabrás el nombre de la noche


Jairo Guzmán


Nació en Medellín, Colombia, en 1961. Egresado de Matemáticas puras de la Universdad Nacional de Colombia. Ha publicado los libros de poesía Coro de Ahorcados y Todo paisaje es la elegancia del ojo. Ha sido coorganizador del Festival Internacional de Poesía en Medellín y director de la Escuela Internacional de Poesía de Medellín. Bajo el título de El ombligo del pez, parte de su obra poética ha sido incluida en Internet en el link: http://elombligodelpez.blogspot.com/. Actualmente dirige el Proyecto Gulliver y la Escuela de Poesía de Medellín, programas de la revista Prometeo.

Una rosa es un genio que duerme cuando nadie la ve


Aquí no se dice, se devela.
Los velos están hechos de polvo heracleo

La negación del vacío que el signo es,
es su sombra o manto de símbolos que están a punto de ser.

Todo está quieto en su delirio que es el Gran Uno.
Como la rosa que es quietud contenida
por el torbellino que ella misma es.
Si todo es una explosión, está en reposo
dentro de la esfera del Gran Uno.

Esa esfera duerme
en el vacío que la engendra
y con él gira.

Por aquí pasa la sombra del decir adherida a su luminoso.

Como los símbolos son genios
se convierten en cualquier ente.
Han sido apaleados y torturados
como lo hicieron con las brujas del aquelarre
que son las vírgenes del palacio lunar del símbolo
y por su luz deliran los cocuyos del verso.

Emanada del océano de vacío,
en el principio la nada estaba olvidada de sí
y para que fuera, para que llevare su toga imposible,
se le hizo urgente cantar.

La nada canta con un estruendo
para que Sol despierte o nazca de nuevo.
Actualmente Sol no ha despertado del todo.
Delira en duermevela y Caos se llama su cítara

Amar es situar en escena la ensoñación de Sol.
Se canta porque Sol no ha despertado del todo.
Eso ocurrirá
cuando todas las luminarias
lleguen a su máxima incandescencia.
Cuando eso vuelva a ocurrir
Sol enceguecerá
pero seguirá danzando
hasta que todo se apague otra vez.

Cuando duerme, Sol no sabe.
Cuando despierta,
despierta cantando y sin darse cuenta.

Sol es la inconsciencia de los relámpagos.

En el sueño de Sol
palpitan las cosas que están a punto de ser.
Sol es signo mientras duerme.

La nada rompe la cápsula que él es
y los sistemas galácticos
son los genios que despiertan

Los planetas tienen la conciencia que les otorga la luz
por la bestialidad del rayo.

Publicado en noviembre de 2012

Última actualización: 01/04/2020