English
< Regresar

Christos Koukis

-1979-

Nació en Grecia en 1979. Es poeta, ensayista, autor de letras de canciones y gestor cultural. Algunos libros de poemas suyos: Después de la belleza, 2011; La gran paradoja del sol, 2013; Diario de un amante, 2014 y Culpa moderna, 2018. Dirige el Festival Internacional de Poesía de Creta. Ha trabajado en revistas de poesía y cultura, y recientemente colaboró ​​en un proyecto internacional para Documenta 14 Atenas. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, español, portugués, serbio, rumano, esloveno, italiano y turco. Ha sido incluido en antologías de poesía en Grecia y otros países y ha participado en más de veinte festivales internacionales de poesía en todo el mundo.

En sus palabras: "la poesía es política por naturaleza y es en los tiempos más oscuros y cruciales que la poesía puede darnos respuestas inmediatas y guiarnos hacia un mañana mejor”.

Esta es una muestra de sus poemas:

Evelina 

Crecí con los Beatles y los Rolling Stones
con el polen de sus melodías y la abeja del rocío
y aprendí que la mejor escala es nuestra infancia

Tras la luna está siempre el bote sin tripulación
frente al despertador de chocolate las barreras roídas
en la linterna de frambuesa las conclusiones coloridas
a caballo los vientos trotamundos son dulces
alrededor de los experimentos de granito están las ecuaciones no escritas

El mago, la rueda y las burbujas hilarantes
disparando hacia los corazones yermos
El trampolín en la luna llena
El vasto estado y la mendicante política
El búho acechante y las muñecas tras la vidriera
para desinflar las sombras
la correspondencia con lo visible
los anillos de la verdad

La acrópolis del afecto: Madre, Atenea, Virgen María

El tamborilero y la nochebuena
las ropas sucias y el miedo asesinado
las rodillas abatidas sobre la madera de las buenas épocas
el sabor de lo posible en las aventuras de la fantasía
el sonido de los conceptos y la impresión de las palabras
la vertical de la belleza y del sueño
que llegan de forma natural y milagrosa
como únicas herederas de los párpados

Evelina, mi pequeña Evelina
tienes que ser una flor para confinar el cielo en una ramita
el destino del cambio es tuyo
Canta para nosotros, cántanos
sobre la igualdad de las lágrimas
sobre las proporciones ideales del sueño
sobre el eterno superávit del juego

Es demasiado tarde para que este mundo viva sin amor

*  El nombre griego Εβελίνα corresponde al diminutivo francés para el nombre –de origen germano– Ava, Avaline, que ha pasado a otras lenguas europeas como: Evaline, Evelyn, Eveleen, Evelin y Evelina, entre otras formas.

Traducción de Carlos Ciro

Piscina

Contemporánea de la aurora, ¿cómo llegas
a brillar antes que el sol sacuda sus sábanas?

A esta hora el esfuerzo prepara el desayuno
la otredad lava su rostro
el rocío limpia la puerta de la salud
y las blancas casas atan el mañana a sus muñecas

El agua caliente de la tristeza envuelve a las viudas de la alegría
en esta hora en que los lirios giran su boca hacia el mar
para que los tiempos dolorosos dejen de ennegrecer las olas

En tus manos, las nubes, tizas de futura esposa, ¿cómo pueden
los susurros del futuro ser un mar turbulento?
tus silencios salpican el lugar, tus noches brillan

Siempre te encuentro diferente
bajo tu vestido arde una playa roja
¿cómo puedes esconderte de otras chichas, cómo puedes huir
de sus desiertos en tacones
cuando resplandeces de deseo?

Te han abandonado en líneas limpias, ¿cómo puedes
atraer los tímidos campos?
¿cómo deshacer el hechizo lanzado sobre las encrucijadas no vigiladas?
¿cómo restregar la fiebre en la cara de la oscuridad?

El pecado se está horneando en tu espalda
la riqueza borda arrepentimientos de oro
Los cometas descansan en tu ombligo
las estrellas beben luz
y tu llama de repuesto colma el vacío de justicia

Allí donde la aurora no habla, la tristeza incuba sus huevos
tu mano derecha se adormece y tus rodillas se tambalean
los pueblos se levantan e incendian los cráteres
no sea que el cuerpo humano esté amordazado en una piscina poco profunda

Ya no puedo ver más allá de tu cerca
He hecho confeti con la ternura y lo lanzo
con el viento hasta tu patio

pero tú
fuera de las torres eres una princesa
fuera del agua del pensamiento, un ahogo
fuera de la luz, luminosidad.

Traducción de Carlos Ciro

La luna de américa latina

La pólvora de la luna roja dejó rodar los ejes de la vergüenza
mañana nos levantaremos vivos

Me despertaron los copos de nieve de tu voz
retorcí el sol arrugado y bebí de un sorbo
el polen de una patria
el verano es un paraíso sin la desesperación del milagro

Los pinos fijan las sílabas del azul
los pájaros lanzan piedras a la voz de los autos
los rayos del sol se clavan en el agua por la cruz del día

Las flores miden la luz con precisión decimal
y los niños en el balcón de madera juegan a imitar las nubes

A los guijarros inmóviles les falta el coraje
que no se adhiere al amor húmedo

Debo haber caído mil veces. Me levanté una vez
en tus cenizas, tu piel brillante
sésamo en los labios, islas en el vino oceánico
lengua que vacila, cuerpo que tantea el agua.

Hay mujeres como los números primos: se dividen
solo con ellas mismas y con la unidad de la belleza.

Traducción de Carlos Ciro

La guerra en el medio oriente

Hubo una escalada de guerra y de inmediato los placeres sexuales se desbordaron dentro de nosotros
Las profecías se convirtieron en dinero y el dinero en la yesca
de un país desechado de las manos del mismo sueño

Culpa tras culpa reclamo la devastación aferrando el resplandeciente cañón del suelo
leí a los trágicos mientras nadaba en las islas de la realidad pasada
sólo así no me despierto, no despierto la primera sangre

No puedo dormir cuando te veo reunir
un par de suspiros de cada estación:

el murmullo de las hojas amarillas, la velocidad de los vientos del norte
el golpeteo del mediodía de verano, el crujido de los techos cubiertos de nieve
el traqueteo de los arroyos desbordados y las carcajadas del vendaval

el jadeo de la golondrina, el suspiro del prado humeante
el galope de los picos montañosos, la zambullida del azul
el chaparrón despeinado y el incienso húmedo de la tierra
la pólvora de los truenos, las intermitencias de la niebla
los rieles de la primavera, las brújulas de las frutas
el humo del diluvio y las cenizas del sol

La escarcha del éxito y la urgencia del fracaso

Nuestras lágrimas exigen un bocado del pan de los siglos.

Traducción de Carlos Ciro