Agneta Falk
Nació en Estocolmo, Suecia, en 1946. Es poeta, artista visual, traductora y editora. Vivió en Inglaterra por treinta años, donde enseñó Dramaturgia y escritura creativa. También fue codirectora de Word Hoard, una agencia para el desarrollo de la literatura, promotora de la escritura en la comunidad y organizando festivales de poesía.
Recibió un reconocimiento de la oficina para las artes de Yorkshire por su primer libro Aquí por propia elección, 1980. En 2018 recibió un Premio Internacional de Poesía en Italia, el Premio Regina Coppola. Otros de sus libros publicados: No es amor/Es amor, 2000; Músculo del corazón, 2009, y Ella, 2009. Su próximo libro, Bailando en un ala de aliento (poemas seleccionados y nuevos), se publicará este año.
Ha asumido un fuerte compromiso en contra del tráfico sexual, que ha llegado a ser también un tema frecuente de su poesía. También está representada en muchas antologías en todo el mundo. Su obra está traducida a muchos idiomas y ha participado en festivales internacionales de poesía en Italia, Colombia, Perú, Irak, Sarajevo, San Francisco, China, Suiza, Vietnam.
Pertenece a la Brigada de Poetas Revolucionarios y organiza eventos para crear conciencia sobre las condiciones sociales y políticas del mundo. También pertenece al Movimiento Poético Mundial. Exhibe sus pinturas en EE. UU. y en Europa, y su obra está representada en muchas colecciones públicas y privadas. Es coeditora de The Long Pale Corridor, una antología de poesía del duelo (Bloodaxe Press) y otras antologías.
Esta es una muestra de sus poemas:
Vendida
Si alguien me hubiera dicho
yo no lo habría creído
quizás yo estaba muerta
quizás yo estoy muerta
mi nombre es: Esclava
no recuerdo mucho ahora
hiede demasiado
si me acerco allí no puedo entrar
a menos que llene los huecos
pero el odio, la aversión
persisten en mí
es por eso que apenas miro
en el espejo
la única cosa que soñaba
era el cubrelecho blanco de mi abuela
mientras descendía, descendía
hasta la fetidez
la fetidez infinita
los desconocidos brotes velludos
la innombrable
la impensable inmundicia de todo ello
y cómo ella
lo mantenía tan blanco
entre la alimentación de las vacas
& la limpieza de los establos
cómo se limpiaba ella misma
tras la larga jornada de trabajo
antes de meterse al lecho
Traducción de Hans Leopold Davi
*
ellos logran que un cuerpo muerto
reviva
una y otra vez
yo seré siempre
para ellos nada más que un cuerpo
pero para mí misma
cuerpo no
sino sólo alma
de la libertad
Traducción de Hans Leopold Davi
*
No fui yo
Con un gesto de sus manos
Ella crea un comienzo
Donde una vez hubo nada
Y luego otro
Y otro
Variando la profundidad de la sombra
Un rastro de señales
Para un viaje
Retornando al origen
Donde una vez hubo nada
Hay un coro de voces en mi cabeza, pero ni
una sola se atreve a venir adelante, a pesar de
alguna conmoción. Ellas gimen y tararean
una canción reticente de sueños y recuerdos sin
comienzo punto medio o final.
El infante de la fotografía, fajado en
tela comienza a llorar, levanta la mirada hacia
las morisquetas, bocas que se abren y cierran,
haciendo extraños sonidos.
La luz del pasillo brilla en mi alcoba.
A través de la fisura en la puerta puedo ver a mi
madre yendo arriba y abajo con mi hermano,
quien grita al extremo de su voz.
Él se encuentra inconsolable. Ella le canta, lo arrulla,
pero el tiempo que requiere calmarlo
parece interminable. Yo ya tengo quizás dos años, él apenas
unos pocos meses de edad. Yo yazgo en mi lecho
observando.
Somos mayores y compartimos la misma alcoba.
Le narro cuentos de terror hasta que llora, le cuento que
lo hallamos en un vertedero de basura, que su verdadera
madre era una prostituta y su verdadero padre un ladrón,
y que él debiera sentirse afortunado incluso de tener una
cama donde dormir, le digo que él debería sentirse afortunado.
El amanecer me sueña con el rostro pegado
contra el postigo de la ventana del sótano. Un bufón
danza adentro, levantando sus piernas hasta su
barbilla. Yo se que nadie creería nunca que
esto no es un sueño, pero yo se que el bufón
danzaba para mí y todavía puedo escuchar la gravilla
arañando las suelas de mis zapatos mientras asciendo hacia
la puerta.
Traducción de Hans Leopold Davi
9/11
I
De la nada dos pájaros plateados.
Las Gemelas colapsan,
ahora ZONA CERO, un gran hoyo de nada.
Luego, él dice: "estás con nosotros o
contra nosotros".
II
Él era un buen hombre, ella era una buena mujer
Ella deseaba lo mejor para todos, él deseaba
lo mejor. Él amaba a sus niños. Él me telefoneaba
dos veces al día,
ella me telefoneaba cuatro veces al día. Él era tan
buen hijo,
ella era tan buena hija. Él vivía por su
familia,
ella vivía en la oficina. Él siempre me hacía
el desayuno.
Ella tenía un futuro tan brillante. Él tenía apenas
veinticinco años.
Él jamás dijo una mala palabra sobre alguien, ella
nunca hablaba
mucho. Ella apenas llevaba cinco años en
el país.
Él era un buen norte americano. Ella una buena
cristiana.
Él era un buen musulmán. Él era un buen judío.
Ella era
una buena católica. Ella acababa de tener un bebé. Él
se acababa de casar.
Ella vivía con sus padres. Él siempre llegaba
primero a la oficina.
Ella era siempre la última en salir. Él era
el mejor
amigo, padre, hijo, del mundo. Ella era la
mejor madre,
hermana, amiga, del mundo. Ella era la única hija que yo
tenía.
Él era el único hijo que yo tenía. Ella era buena. Él
era bueno.
Ella era buena. Él era bueno. Ella era buena.
Él era bueno.
III
Ahmed acababa de dejar su casa cuando una bomba
cae
y por un error de precisión aniquila a su familia
entera.
"Con esta tierra agonizante como mi testigo, nada
hice",
sus brazos como aspas de molino, su corazón repleto de agujeros.
Traducción de Hans Leopold Davi