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Ashur Etwebi

-1952-

Ashur Etwebi nació en Trípoli, Libia, el 3 de octubre de 1952. Es poeta, pintor, traductor, narrador, gestor cultural, profesor universitario y médico.

Desde 1993, ha publicado nueve libros de poesía, entre ellos: Poemas del balcón; Tus amigos han cruzado por aquí; Sobre el conocimiento de las criaturas y las cosas; y, Las ciruelas no esperan mucho. También ha publicado siete libros de traducción (incluyendo una selección de poemas de Jala Al-Deen Rumi y una antología de haiku japonés). Una selección de su obra, traducida por Brenda Hillman y Dialla Haidar, fue publicada en Estados Unidos en 2011, bajo el título Poems from Above the Hill.

El Festival Internacional de Literatura de Berlín, afirma que sus poemas “reflejan la cultura, el paisaje y la historia libia y describen la vida cotidiana de su país natal. Lingüísticamente, no obstante, adoptan un enfoque innovador. Él experimenta con la sintaxis y las frases y juega con el lenguaje, que compone de formas siempre nuevas mediante el uso extensivo de neologismos. Combina así el arte tradicional libio de la poesía con elementos modernos. Sus poemas son un paseo por la cuerda floja, un juego continuo entre realidad e ilusión”.

Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, francés, alemán, entre otras lenguas. Organizó el Primer Festival Internacional de Trípoli, en 2012, y el Festival de Poesía Poemas y Ciudades, que recorrió el Gran Sahara y las montañas Nafusa, en 2014. Fundó la editorial Sociedad Arknu para la Literatura y las Artes. Organizó igualmente tres festivales internacionales de música en Trípoli. Etwebi es profesor titular del Departamento de Medicina de la Universidad de Zawia, cofundador de Sabratha -Instituto Nacional del Cáncer- en Libia, y pertenece a la Liga de escritores e intelectuales libios.

-Los cuadernos de sus secretos se abren. Poemas y entrevista a Ashur Etwebi Canal YT RevistaPrometeo
-Poemas 26º FIPMed

Esta es una muestra de sus poemas:

Lechuzas en los árboles 

Lechuzas en los árboles, acechan
A aquellos perdidos en nombres,
Y a aquellos ahogándose en el mar engañoso.
Lechuzas acechan por un festín fácil 
O un ala rota.

Conocer lo malicioso del alma, fibra por fibra,
Tal como distingues entre la rosa y el cilantro.
La verdad mora en la casa de la confusión,
La verdad es un solo grano de arena,
Mientras las mentiras son dunas sobre dunas.    
¿Adónde huir cuando nosotras, las aves, no podemos sobrellevar el hambre?
Los graneros de la verdad están vacíos, la verdad no se acumula,
Los graneros de la mentira están llenos, las mentiras se acumulan.

Al mundo, su escalera 

Al mundo, su escalera, y al cielo, la suya,
Peldaños aquí y peldaños allá.
Elige cuál afianza tu pie
Y cuál te conduce a espinosas colinas escabrosas,
Incitándote a guerras donde eres asesino y asesinado.
Elige como quieras, porque en tu elección resides.
Este es el camino de la confusión, pisado por pájaros dormidos,
Este es el camino tomado por semillas en la lluvia,
Esta es la arquitectura de los amantes,
Esta es la ruina de los amantes.
Mira de cerca, ¿qué ves?
El espejo no te lo dirá, ni tu vista.
No preguntes al río cómo dejó su nacimiento en la juventud,
ni le preguntes cómo llegó a su desembocadura, curvado por los años y la fragilidad.
Los rostros se asemejan, las manos se asemejan, así como los ojos de las criaturas.
Tus palabras salen de tu boca sólo para ser olvidadas,
Y tu mirada se posa sobre algo sólo para olvidarlo.
No hay certeza en una boca, ni certeza en un ojo.

¿Cómo no huiría? 

Cómo no huiría ¡habiendo visto la muerte cara a cara!
Sin más espacio para deseos en la mesa de la cocina,
Sin más puerta para que la risa partiera,
Sin más palabras para la lluvia en la entrada a casa,
Sin más sabor a estaciones en las calles.
Su corazón se tornó ciego; su lengua, muda.
La cerradura de la puerta se abre de dos lados,
Uno, seguro; el otro esconde un lobo o un león.
Tu mano derecha no conoce a tu mano izquierda, excepto de noche.
El traje en el armario: un guardián de polvo,
El traje en el cuerpo: un cuerpo con cien lenguas.
El traje tejido con hilos de oro y plata,
habla con la lengua del oro y la plata.
Sus calles son amplias, sus esperanzas tienen mil puertas abiertas.
El traje rasgado, todo lo que ofrece es una medida de trigo o una mísera moneda.
Tu mano en la pila de agua no distingue entre agua salada y dulce,
y tu ojo en presencia del rey, no puede distinguir entre el bastón de un mago
y el de un profeta.

Mujer aproximándose

Todos vieron a la mujer y su caballo aproximarse
Un escarabajo rengueando 
Un lagarto con muchas arrugas alrededor de su cuello
Un ratón saltarín, su hogar junto a la duna opuesta a la roca alta
Una resina brillante en el tronco del tamarisco
Arena que estiró su cuerpo cerca del horizonte
Un pájaro de alas negras y vientre blanco
Un lagarto tendido cerca de su madriguera a la sombra de la retama
Un sol trepando paso a paso
Una nube andando lentamente    

Una mujer se aproxima
Un caballo se aproxima
Un zumbido 
Un relincho
Un zumbido
Un relincho

Quien olvidó sostener el hilo de su alma 

Quien olvidó agarrar el hilo de su alma
Se extravió, y todo lo que hizo quedó patas arriba.
Ve a su casa, todos los hilos de tejer están en sus manos,
Puedes elegir de ellos lo que desees con tu corazón, lengua y alma.
El que era un sol en el corazón de la sombra, se acerca y se aleja
Como una luna creciente, como un fantasma.
Trampas y trampas sin fin,
Tu paz es una ilusión, tu guerra es una ilusión,
Tu orgullo es una ilusión, tu vergüenza es una ilusión.
El agua señaló al sediento cuando lo vio,
El vino señaló al borracho cuando lo vio.
Acércate, hombre, mira,
El aroma de cada madera está en su humo,
Y el sol señala hacia el sol,
Y la sombra, como un cuento, trae sueño.
Acércate, hombre, mira
Cómo en la casa del sol
La luna se divide ligeramente como el hilo de una araña.
El sol del mundo es extraño, distinto a cualquier otro,
El sol del alma no tiene ayer,
Y tu sol fue llevado por escarabajos a la cima de la duna.

                   Traducciones de Arturo Fuentes